29 mayo 2006

PLAYAS


Aunque aún faltan diez días para hacerlo con propiedad, este fin de semana he optado por quitarme el sayo en una playa cercana. Entenderán, y seguramente compartirán, el hambre de arena y mar que tiene uno cuando lleva desde su último baño de mar y sol, allá por octubre, añorando ese bellísimo y relajante paisaje y la sensación de placidez y descanso que procura.

Convendrán conmigo en que cada playa tiene su estilo propio y mantiene su singularidad en detalles como la incidencia de sus mareas, la calidad de su arena, la claridad de sus aguas, la existencia de rocas, de algas, o si son urbanas o salvajes; o en detalles más humanos, según la tipología de sus habituales usuarios: las familias, que buscan la cercanía de servicios y el control de los niños; los más jóvenes, organizados por cuadrillas cerca de los chiringuitos; los deportistas, que juegan a pala o caminan largos kilómetros de orilla; los surfistas, en busca de olas y viento; o los nudistas, que repiten un mismo patrón: ubicarse lejos de cualquier vestigio urbano.

Qué me dicen de la gastronomía específicamente playera que, saltando el mapa de norte a sur, podría ofrecernos desde percebes con ribeiro, rabas con sidrina o nécoras con txakolí, hasta paella con sangría o pescaíto con manzanilla. Dignas de reseñar, también, las diferentes tipologías de bañador que se estilan en cada una: desde las playas donde el calzón es uniforme entre caballeros, a las que lo vetan en favor del tanga; o en las que aún esté mal visto hacer topless.

También hay aspectos que las igualan: multitud de hoteles, restaurantes, discotecas, tiendas de artículo playero, heladerías, agencias de viaje y sobre todo, inmobiliarias: las ‘primera, segunda y tercera’ líneas de playa están siempre dispuestas a ser vendidas o alquiladas a precios de vértigo. Menos mal que uno se aprovecha de amigos que, un año más, le siguen invitando a gorronearles cama, comida y grata compañía.

Dedicado a Teresa, Vicky y Juantxu
Fecha publicación: 30-V-2006

23 mayo 2006

REVERENDO ORTOPHONK


Estoy conforme con el cancionero cuando afirma que "tiene Vitoria mil bellezas que admirar", aunque espero que no se refiera sólo a la de las plazas, jardines y paseos sino, también, a la de muchas personas y entidades que han dado honrosísimos frutos en facetas tan diversas como el arte, la literatura o la música por ejemplo. Como la belleza, dicen, está en los ojos de quien mira, -y añado-, en los oídos de quien escucha, dos grupos musicales que resultan, a mi juicio, punteros en nuestra ciudad, son Reverendo Parker y Ortophonk. Ambos se han dado cita este fin de semana con sus respectivos fans.

Ortophonk, -banda que nació con el milenio-, consigue convertir al público, que acude en masa a sus conciertos, en auténticos fanáticos de un estilo muy personal de hacer música agitando una coctelera llena de funk, soul, groove, música latina, salsa o jazz. El resultado de asistir a sus fiestas es una sonrisa de oreja a oreja y una tremenda sudada de tanto bailar. El sábado mostraron lo más granado de sus temas, además de estrenar ‘en rigurosa exclusiva’ algunos de los que a punto están de grabar.

Recién grabado está, en este caso, el tercer álbum de la otra banda más cañera de la ciudad, Reverendo Parker, cuyo título “Nos vemos en la 7ª” alude a esa planta del Hospital de Santiago donde están quienes –como ellos- viven sus sueños a contracorriente. Esta banda, formada por cinco simpáticos gañanes con clase, hace un rock sobre solera de blues, de letras duras como de la vida misma y fantásticas baladas de voz rota y desgarradora.

Si Ortophonk ha vivido, este último año, un pequeño empuje de la mano del festival de jazz que le ha permitido plantearse nuevos y ambiciosos proyectos, me pregunto yo –con el debido respeto- si el otro gran festival de la ciudad, en este caso de rock, no podría este año darle al Reverendo un trocito de su altar para que puedan celebrar, a gusto, una buena misa…




Fecha publicación: 23-V-2006

16 mayo 2006

PRIMERA PIEDRA


foto: víctor quintas
Es posible que en el momento en que me tengan entre sus manos, 'Do Bemol' esté también bajo tierra. Podría acabar en una hemeroteca, envolviendo un bocadillo o directamente en el reciclaje, aunque, y hoy es el caso, pudieran incluirme entre los objetos, documentos oficiales y periódicos que acabarán compartiendo el espacio de la primera piedra, que no es otra cosa que una caja que se entierra en el que será el cimiento de una nueva autopista o un nuevo edificio que, por su importancia, precise de un protocolo tan ceremonioso. Ya saben: “en verdad les digo que sobre esta piedra edificarán…”

Hoy, como digo, seré parte de los cimientos de la futura residencia pública para personas mayores que se va a construir en Agurain. Y crean que 'Do Bemol' se siente, con ello, emocionado: me gusta ese pueblo; me complace como alavés que quienes se implican en su construcción y gestión, hayan llegado rápidamente a los acuerdos necesarios; me encanta el diseño del edificio y me reconforta que las personas viejas de Salvatierra y alrededores, y las que lo serán apenas mañana, puedan disfrutarla pronto.


Lo que más nervioso me pone sea saber que si me meten en esa caja, -junto con algún otro diario rival en ventas- sea para que los arqueólogos del futuro la encuentren y puedan hacerse pajolera idea de cómo eran los tiempos en los que se empezó su construcción. Sólo de pensar que alguien en el siglo XXII o XXIII me esté leyendo, me pone los pelos de punta, aunque desde ahora les digo que somos buena gente y, aunque temamos la vejez, intentamos cuidar a nuestras personas mayores lo mejor que podemos. Espero que, para entonces, hayan sabido Uds. solucionar el problema de la dependencia acudiendo, eso sí, a la solidaridad, la humanidad y el respeto, frente a la estricta economía aunque, a lo mejor, para entonces hayan descubierto ya el elixir de la eterna juventud. Nosotros, aún sin él, seguiremos tratando de ser felices.

Fecha publicación: 16-V-2006


Dedidado a Henar, Josu, Raúl y Sofía

09 mayo 2006

DESASOSIEGO


Me van a perdonar si me notan hoy pelín sinsorgo; debe ser la desazón que me produce pensar si no estaremos equivocados en aceptar con tanta ligereza el bombardeo de innovaciones tecnológicas a que estamos sometidos. Quizás sea en parte culpable de esta especie de deshumanización general en que vivimos y que tantos conflictos provocan en las relaciones humanas.

Alguna culpa tendrán los ácidos grasos Omega 3 o los lacto‑bacilos; los insomnios tratados a base de tele‑tienda y tanto tono, politono, o sonitono; quizás sea resultado de relacionarse a base de chats, SMS y “msgs X 1/2 d extñs termns ntrcortds”; quizás sea por curiosear vidas ajenas contadas a través de Blogs o Fotologs, y animadas por posts de nautas desconocidos; o por culpa de escuchar música en sets remixeados a base de samplers de b‑sides y rare‑tracks en versión extended o radio‑edit; o vaya a ser por culpa de informarse a base de programas radiofónicos seleccionados en Podcasts, o por culpa de leer e‑books, ciberlibros enviadas por cable, por hacer la compra en el e‑super pagando por transferencia de la e‑cuenta, o declarar a Hacienda a golpe de clic, utilizando “Renta‑net”.

Si no ha entendido nada –pero aún sigue aquí- me alegro enormemente por Vd. Debe ser de esas joyas de persona que, por ejemplo, apenas pone la tele, compra la leche a un aldeano cercano porque le gusta la nata gorda, se lleva la tartera al trabajo, va al monte los domingos, prefiere conversar en persona que por teléfono o Internet, sólo le gusta leer aquello que elige rebuscando en librerías y la música que escucha en riguroso directo, no sabe lo que es “bajar música”, la goza embotando pimientos o elaborando sabrosos pasteles que comparte con sus vecinos, mantiene la costumbre de escribir cartas, con su sobre, su sello, su lengüetazo… Si es Vd. así, convenza a los de su alrededor de que lo clonen. Nos conviene mantenerle como referencia.


Fecha publicación: 9-V-2006

02 mayo 2006

"GUERNICA"


La fecha de hoy, y la de mañana, del año 1808, son también los nombres de dos cuadros que Francisco de Goya y Lucientes pintó seis años después, al finalizar la Guerra de la Independencia española contra Napoleón. Ambos cuadros, impresionantes, fueron realizados a iniciativa propia como expresión de su admiración al pueblo llano por su entereza y entrega en la defensa de sus valores, y muestran con gran crudeza –la propia de una batalla y un fusilamiento- las consecuencias de la violencia, los horrores de la guerra, y la desgarradora actitud humana ante la presencia misma de la muerte.

Siglo y pico después, el 27 de abril de 1937 (estamos a un año de su 70 aniversario), se produce un ataque por parte de un escuadrón compuesto por decenas de aviones bombarderos y cazas alemanes sobre la villa de Gernika-Lumo. Como en toda contienda, el número de bajas humanas oscila entre las 120 y las diez mil, en función de la ideología de quien lo relate, y la ciudad quedó prácticamente destruida. En este caso fue Picasso quien, inmediatamente después, se encargó de ilustrar los horrores de la Guerra Civil con su grandioso “Guernica”, que se expuso en el pabellón español durante la Exposición Internacional de ese mismo año, en París.

Curiosamente, la Guerra Civil provocó también que los dos cuadros de Goya, quisieran ser salvados viajando a Barcelona, y en el trayecto, la camioneta sufriera un accidente que acabó rasgando el lienzo del “2 de mayo de 1808”. Esta huella aún perdura como recuerdo a pesar de sus posteriores restauraciones. Lo curioso es que el “Guernica” también ha viajado por todo el mundo, y actualmente, desde que se instaló en el Centro Reina Sofía de Madrid se prohíbe su movilización aduciendo riesgos de conservación. No comprendo que se proteja más al objeto, que a los valores que representa, si con ello se priva a un pueblo de su derecho a llorar ante la imagen de su historia. Cualquier desgarrón sería un homenaje.

Fecha publicación: 2 de mayo de 2006


Dedicado a Haritz Olaeta y a Ángel Borrego