09 mayo 2006

DESASOSIEGO


Me van a perdonar si me notan hoy pelín sinsorgo; debe ser la desazón que me produce pensar si no estaremos equivocados en aceptar con tanta ligereza el bombardeo de innovaciones tecnológicas a que estamos sometidos. Quizás sea en parte culpable de esta especie de deshumanización general en que vivimos y que tantos conflictos provocan en las relaciones humanas.

Alguna culpa tendrán los ácidos grasos Omega 3 o los lacto‑bacilos; los insomnios tratados a base de tele‑tienda y tanto tono, politono, o sonitono; quizás sea resultado de relacionarse a base de chats, SMS y “msgs X 1/2 d extñs termns ntrcortds”; quizás sea por curiosear vidas ajenas contadas a través de Blogs o Fotologs, y animadas por posts de nautas desconocidos; o por culpa de escuchar música en sets remixeados a base de samplers de b‑sides y rare‑tracks en versión extended o radio‑edit; o vaya a ser por culpa de informarse a base de programas radiofónicos seleccionados en Podcasts, o por culpa de leer e‑books, ciberlibros enviadas por cable, por hacer la compra en el e‑super pagando por transferencia de la e‑cuenta, o declarar a Hacienda a golpe de clic, utilizando “Renta‑net”.

Si no ha entendido nada –pero aún sigue aquí- me alegro enormemente por Vd. Debe ser de esas joyas de persona que, por ejemplo, apenas pone la tele, compra la leche a un aldeano cercano porque le gusta la nata gorda, se lleva la tartera al trabajo, va al monte los domingos, prefiere conversar en persona que por teléfono o Internet, sólo le gusta leer aquello que elige rebuscando en librerías y la música que escucha en riguroso directo, no sabe lo que es “bajar música”, la goza embotando pimientos o elaborando sabrosos pasteles que comparte con sus vecinos, mantiene la costumbre de escribir cartas, con su sobre, su sello, su lengüetazo… Si es Vd. así, convenza a los de su alrededor de que lo clonen. Nos conviene mantenerle como referencia.


Fecha publicación: 9-V-2006