BOTELLONEROS
En el momento en que les escribo, todas las cadenas abren sus noticiarios con imágenes del macrobotellón que se organizó en diversas ciudades, convocado a través de mensajes de móvil y correos electrónicos. A estas alturas a nadie le asombra este poder de convocatoria basado en el ya célebre sistema del Pásalo. Sí me llamó poderosamente la atención, tras zapear por varios telediarios, la muy diversa forma de tratar el evento por parte de según qué municipios. Así por ejemplo, en Barcelona o Salamanca prohibieron el encuentro, y como todo lo que se reprime sin sentido consiguió el efecto contrario, congregando a un número muy considerable de jóvenes que, incitados por la presencia de furgones policiales, acabaron originando graves altercados que incluyeron palizas, destrozos y pillajes.
La noticia sobre los efectos del botellón en Granada, por el contrario, tuvo un cariz radicalmente distinto, una vez concretada la cifra de participantes que superó los 20.000. Las imágenes desvelaban un envidiable tono de fiesta y las declaraciones de algunos botelloneros transmitían una imagen de sana diversión, con carpas bien montadas, con música y baile al aire libre.
Resulta increíble que lo que en un lugar se prohíbe y sanciona, en otros sea potenciado por las propias autoridades locales. En nuestro ámbito, muchos de quienes exigieron tomar medidas contundentes contra el botellón callejero son, precisamente quienes no perdonan un día sin su rondita de vinos, aparecen en la prensa inaugurando eventos copa en mano, gustan de sentarse en una terraza con un buen cubata, o acuden al Celedón con su botella de cava del hiper y se atocinan en fiestas sorbiendo de un katxi compartido. Si en nuestra ciudad ésta convocatoria no tuvo seguidores, no es porque seamos de otra pasta sino porque aquí, de noche, hace un frío que pela.
Fecha publicación: 21-III-2006
La noticia sobre los efectos del botellón en Granada, por el contrario, tuvo un cariz radicalmente distinto, una vez concretada la cifra de participantes que superó los 20.000. Las imágenes desvelaban un envidiable tono de fiesta y las declaraciones de algunos botelloneros transmitían una imagen de sana diversión, con carpas bien montadas, con música y baile al aire libre.
Resulta increíble que lo que en un lugar se prohíbe y sanciona, en otros sea potenciado por las propias autoridades locales. En nuestro ámbito, muchos de quienes exigieron tomar medidas contundentes contra el botellón callejero son, precisamente quienes no perdonan un día sin su rondita de vinos, aparecen en la prensa inaugurando eventos copa en mano, gustan de sentarse en una terraza con un buen cubata, o acuden al Celedón con su botella de cava del hiper y se atocinan en fiestas sorbiendo de un katxi compartido. Si en nuestra ciudad ésta convocatoria no tuvo seguidores, no es porque seamos de otra pasta sino porque aquí, de noche, hace un frío que pela.
Fecha publicación: 21-III-2006
2 Comments:
Hombre, lo que a mi me parece un escándalo es que los andaluces solo sepan organizar fiestas... que destaquen solo en eso me parece muy triste.
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