24 abril 2007

ENTRAÑABLE RAMÓN

Son ocho los años que han pasado desde que Ramón accediera al despacho presidencial de la Diputación tras unas elecciones que pronto verán su reválida. Con el pasar del tiempo, al tratar de recapitular una época de tu vida lo más saludable es, sin duda, hacer tabla rasa o tamizar por el cedazo de tus experiencias aquellas que mejor resuman un período y, como el buen vino, degustar su sabor final.

Al margen de su gestión, que la ciudadanía deberá ser quien la juzgue, existen otro tipo de situaciones y sentimientos que quienes hemos formado parte del 'inmovilizado' foral conservaremos en el recuerdo al cabo de los años. Han existido en este camino momentos tristes que uno se afana por olvidar, aunque la naturaleza optimista a la que aspiro siempre me empuje a solidarizarme con el sufridor y a tratar de comprender la naturaleza humana, y por tanto frágil, de quien es imposible que pueda tomar la decisión más oportuna en todos los casos.

Al margen de tristuras, me reconozco leal –quizás ésta sea la palabra más adecuada- a la persona que ha representado a nuestro Territorio Histórico durante dos legislaturas. Quien le haya tratado personalmente habrá disfrutado de su carácter afable y cariñoso, honrado, humano y campechano; el de alguien que ama a su tierra tanto como a su familia, sin hacer ostentación del poder que representa y a pesar de una responsabilidad de tan sofocante peso; el del abrazo sentido que te mira a los ojos sin distinguir militancias, con la soltura de saber diferenciar a quien pide sopitas de quien reclama ayuda con angustia sincera, sin otro motor que su deber de cumplir como servidor público.

Estoy seguro de que Ramón se despide con la complacencia de haber hecho por su tierra todo cuanto ha sabido, aunque también con la amarga impotencia de reconocer que contentar a todos le fue materialmente imposible. Me siento gratificado por haberle conocido.

Fecha publicación: 24-IV-2007

Listening To The Music:
JAVIER ÁLVAREZ: ¿Por qué te vas?, 2001

17 abril 2007

"LE PROTECTEUR"


El pasado viernes, en Artium, tuvo lugar el esperado estreno del cortometraje dirigido por Patxi Basabe y protagonizado por Juantxo López, Manu Elizondo, Ramón Barea y un nutrido elenco babazorro encabezado por Karra Elejalde, Gorka Aginagalde, Txema Blasco o el genial José Ruiz de Azua. La premiere, al mejor estilo Hollywoodiense, con limusina y todo, se vio desbordada en su sesión doble por el numeroso público que acudió en apoyo a esta nueva pieza de nuestro ‘territorio visual’, cuya trama discurre en torno a la relación entre un empresario y su leal guardaespaldas, el singular Loló.

La peculiar relación que vincula a un escolta con la persona protegida no es la primera vez que se convierte en tema de análisis desde ópticas tan diversas como el cine, la literatura o el arte. Así, el galardonado Raúl Guerra Garrido, acaba de publicar también “La soledad del ángel de la guarda”, novela en la que se sumerge en los monólogos interiores del guardaespaldas de un profesor amenazado. Así mismo, Ángel Borrego Cubero, desarrolló hace 4 años su “Exposición vigilada II”, una instalación expuesta también en Artium, en la que desde una visión cercana al Movimiento Situacionista, reflexiona sobre la libertad vigilada que sufren las personas amenazadas, tratando de poner al espectador en la situación virtual de ser acompañado por dos personas que dirigen tus pasos.

Son sólo tres ejemplos que me sirven para ilustrar una realidad que, desgraciadamente, nos hemos acostumbrado a vivir en nuestro entorno hasta casi desapercibirla: el de aquellas personas obligadas a medir sus pasos en el mero ejercicio de la vida. Las unas, tratando de salvaguardar su integridad física, amenazada simplemente por el ejercicio libre de una opción, generalmente política, y las otras, protegiéndola con el único escudo de sus propias vidas, en pugna diaria contra el miedo, la soledad y su propio riesgo. No imagino mayor lealtad.

Fecha publicación: 17-IV-2007

Listening To The Music:
WHITNEY HOUSTON, I Will Always Love You, 1992



10 abril 2007

SACERDOCIO

Espatarrado bajo un tenue sol andaluz, releo prensa atrasada en la que me encuentro una reseña de apenas 4 líneas, en la que un cardenal primado y arzobispo de una diócesis expresa la “angustiosa” preocupación de la Iglesia Católica por el alarmante descenso de vocaciones sacerdotales, producido durante los últimos años. Me sorprende que hasta la explicitud de este reconocimiento hayan tenido que pasar tantas décadas aparentando no darse cuenta de ello. Para llegar a esa conclusión, les hubiera bastado con asumir –de una vez-, la enorme distancia que separa a su Institución de una sociedad que lleva ya tiempo desoyendo sus anquilosados sermones.

A las pruebas me remito, constatando lo que queda de la pretendida espiritualidad de la Semana Santa que acabamos de vivir: procesiones televisadas de corneta, tambor y marcha militar; de pasos con Vírgenes y Cristos barrocos ataviados con paños de lujoso bordado; de saetas y hermandades, faroles, velas y flashes; de capirotes, picados y cadenas en los pies; de terciopelo púrpura y peineta, de oropeles y flores: puro espectáculo en definitiva, convertido en atracción turística de dudosa belleza y falsa espiritualidad disfrazada. Lo mismo se podría decir de la Navidad o de cualquiera otra fecha marcada en el calendario de sus ritos.

La crisis de las vocaciones no parece estar demasiado lejos de la propia crisis que vive la fe. Mientras la Iglesia concentre su preocupación en la búsqueda de “casos milagrosos” con que atestiguar la santidad de un Papa, la sociedad continuará alejándose cada vez más de sus arcaicos principios. Hoy, cualquier ONG dedicada a ayudar al tercer mundo, a inmigrantes con necesidades económicas y sociales, a la protección de la infancia o a la lucha por la igualdad, por ejemplo, cumple con mayor rigor y al margen de tanto espectáculo –no me digan- con aquellos principios que un día supusieron el pilar esencial de la espiritualidad religiosa.

Fecha publicación: 10-IV-2007

Listening to the music:
FANGORIA: Quiero ser santa, 1989

03 abril 2007

“QUE HABLEN DE UNO…




… es espantoso; pero hay algo peor: que no hablen”, es una de las citas (en este caso atribuida a Oscar Wilde) que alguien ha colgado en Internet nombrando a sus presuntos autores. La traigo a colación del comunicado dirigido por el Partido Popular a los accionistas, anunciantes y clientes del grupo Prisa anunciando que dejará de atender todas las entrevistas, tertulias y programas de este grupo de comunicación, hasta que su presidente no se disculpe por ciertas declaraciones vertidas durante la celebración de su junta accionarial.

Según Nietzsche, “la palabra más soez y la carta más grosera son mejores y más educadas que el silencio”, pero no creo que se refiriera a los presuntos improperios vertidos por el Sr. Polanco contra el partido del Sr. Rajoy. Dudo que el primero rectifique palabra alguna, igual que cuestiono que el segundo haya optado por la mejor fórmula, de forma sensata y serenamente calculada. Negándose a acudir a determinados medios de comunicación se cierra unilateralmente una gran posibilidad para debatir, rebatir, opinar, publicar o divulgar sus propios proyectos, precisamente en un momento de la agenda política -la campaña electoral en ciernes-, en que nadie está en disposición de descuidar oportunidades.

Aunque, según debió decir Goethe, “toda palabra dicha despierta una idea contraria”, también es cierto, a decir de Montaigne, que “la palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha”. Siendo así, no parece lógico desdeñar la oportunidad de atender a los medios de comunicación ideológicamente hostiles, no vaya a ser que las de aquellos supuestamente más próximos, no lo sean tanto; o ¿alguien cree que escuchar a Los Santos, o leer a Ramírez, sirve siempre para conseguir adeptos?

Mejor lo dejo aquí, no sea que Ambrose Bierce tuviera razón asegurando que “las citas son una manera de repetir erróneamente las palabras de otro”.

Fecha publicación: 3-IV-2007

Listen To The Music:
CONCHA BUIKA: Talk To Me (Háblame), 2005