ECHAR HUMO

Tampoco ha sido la primera ni la última medida que se hayan tomado en contra del fumeque. Recuerdo cuando se prohibió echar humo en aviones, trenes y autobuses, en los ascensores o en los centros hospitalarios. Muchos nos creímos incapaces de soportarlo pero lo conseguimos a pesar de todo. Sin embargo, algo pasa para que la actual prohibición de fumar en determinados espacios (puesto de trabajo y locales de hostelería), haya acabado por convertirse en una especie de contienda por conseguir que dejemos el vicio definitivamente: los periódicos, la radio y la televisión nos aconsejan con infalibles métodos para vencer la adicción; las empresas se afanan en que sus empleados lo consigan financiando terapias; y tanto familia como amigos se encargan de completar machaconamente la rueda. Hasta se han apoderado del mítico ‘uno de enero’, para convertir en reto, lance o provocación, lo que no debería ser más que una fecha con efecto legal.
No voy a ser yo quien sermonee a un fumador con clásicos consejos de vencedor; cada cuál tendrá sus respetables motivos para seguir llevando paquete y mechero en su bolsillo. Eso sí, no me resisto a dejar de transmitirles que sólo tras haberlo dejado, he podido comprobar lo terriblemente fácil que resultaba, y que la inseguridad en uno mismo, el miedo y la incertidumbre, no tenían ningún sentido.
Fecha publicación: 20-XII-2005
2 Comments:
vaya, por fin se pueden hacer comentarios !!!!. Me pensaré alguno para la próxima vez.
I say briefly: Best! Useful information. Good job guys.
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