ARANA
Estos días se cumplen los cincuenta años desde que se inauguró la clínica Arana que lleva más de veinte años convertida en residencia para personas mayores, la primera de los recursos sociales de la Diputación alavesa. Por lo visto, el centro ya funcionaba desde meses antes, según me confirmó alguien que como yo, vio su primera luz en aquella maternidad, y es que el ministro de turno se demoró varios meses en ratificarlo con su presencia.
La fachada de Arana me provoca siempre un inexplicable sentimiento de nostalgia, como si el subconsciente me empujara a revivir las primeras sensaciones que todo recién nacido tiene al inhalar su primer suspiro. Lo que sí recuerdo, son los nervios que pasé las dos veces que volví allí de la mano de mi padre, a conocer a mis hermanos pues por algún extraño motivo, la cigüeña siempre “nos los entregaba” en Arana, en una habitación en la que ‘asombrosamente’ ya nos esperaba mi madre.
Hoy, como si se tratara de una fina ironía, aquél mismo lugar está lleno de personas mayores que en muchos casos también precisan de aquél mimo y atención que tuvimos al nacer. La única diferencia se nota en sus miradas, las de unos ojos que a pesar de todo lo vivido, son capaces de brillar por la alegría de tu visita; su conversación, llena de anécdotas, siempre largas, lentas, como sus movimientos, sus gestos… Un paseo por el parque, un rayo de sol en la cara, la partida de bingo, un café con las visitas, un poco de oración… Es su día a día, similar a como será el nuestro cuando llegue el día de volver allí, a repasar una vida que empezó hace muchos años en alguna de aquellas mismas habitaciones. Quizás hasta lleguemos a celebrar su centenario.
Fecha publicación: 5-VI-2007
Listening To The Music:
SCOTT WALKER: The Old Man's Back Again, 2005
La fachada de Arana me provoca siempre un inexplicable sentimiento de nostalgia, como si el subconsciente me empujara a revivir las primeras sensaciones que todo recién nacido tiene al inhalar su primer suspiro. Lo que sí recuerdo, son los nervios que pasé las dos veces que volví allí de la mano de mi padre, a conocer a mis hermanos pues por algún extraño motivo, la cigüeña siempre “nos los entregaba” en Arana, en una habitación en la que ‘asombrosamente’ ya nos esperaba mi madre.
Hoy, como si se tratara de una fina ironía, aquél mismo lugar está lleno de personas mayores que en muchos casos también precisan de aquél mimo y atención que tuvimos al nacer. La única diferencia se nota en sus miradas, las de unos ojos que a pesar de todo lo vivido, son capaces de brillar por la alegría de tu visita; su conversación, llena de anécdotas, siempre largas, lentas, como sus movimientos, sus gestos… Un paseo por el parque, un rayo de sol en la cara, la partida de bingo, un café con las visitas, un poco de oración… Es su día a día, similar a como será el nuestro cuando llegue el día de volver allí, a repasar una vida que empezó hace muchos años en alguna de aquellas mismas habitaciones. Quizás hasta lleguemos a celebrar su centenario.
Fecha publicación: 5-VI-2007
Listening To The Music:
SCOTT WALKER: The Old Man's Back Again, 2005
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