POLICENTROS
Estoy parcialmente en desacuerdo con mi compañero de página Julio Herrero, que en la entrevista del pasado domingo, afirmaba que Vitoria debería convertirse en una ciudad policéntrica, aunque a juzgar por lo desértica que estuvo la Dato ese día, llegué a pensar que todo el mundo le hizo caso. Espero que fueran otras las razones que llevaron a más de un dominguero a cambiar su tradicional ruta de caminante festivo.
Dos ejemplos. Suele decirse que la mayoría de los nuevos parques y jardines suelen hacerse mal, puesto que sus paseos se proyectan sin contar con que el peatón tratará de hacer siempre el camino más corto posible, y no el marcado por el diseñador. Así, van surgiendo senderos alternativos que en muchos casos han acabado siendo los "oficiales". De nada servirá crear centros alternativos si la población sigue viniendo a la calle Dato.
La ciudad, para mí, es como una gran casa familiar (o como se dice ahora, una gran unidad habitacional) donde cada miembro de la familia tiene su espacio propio, pero que también cuenta con zonas a compartir. Los niños, por ejemplo, pueden echar la partida de mus en el porche, mientras la madre se divierte con los videojuegos en la sala de estar; el padre y el abuelo ponen la comida en la cocina, y la abuela arregla su bicicleta en el garaje (como ven, una familia bastante convencional). Sin embargo, cuando llegue la hora de comer, se reunirán sin duda en el comedor, un espacio suficiente y amplio, con todas las comodidades como para que sus habitantes disfruten unidos.
Está claro que cada barrio debería disponer de cuidadas zonas de esparcimiento para sus habitantes, pero el centro urbano será siempre, ese espacio común para los habitantes de toda la urbe. Y es, a su vez, la postal que los visitantes se llevarán de recuerdo tras su paso por la ciudad.
Fecha publicación: 17-I-2006
Dos ejemplos. Suele decirse que la mayoría de los nuevos parques y jardines suelen hacerse mal, puesto que sus paseos se proyectan sin contar con que el peatón tratará de hacer siempre el camino más corto posible, y no el marcado por el diseñador. Así, van surgiendo senderos alternativos que en muchos casos han acabado siendo los "oficiales". De nada servirá crear centros alternativos si la población sigue viniendo a la calle Dato.
La ciudad, para mí, es como una gran casa familiar (o como se dice ahora, una gran unidad habitacional) donde cada miembro de la familia tiene su espacio propio, pero que también cuenta con zonas a compartir. Los niños, por ejemplo, pueden echar la partida de mus en el porche, mientras la madre se divierte con los videojuegos en la sala de estar; el padre y el abuelo ponen la comida en la cocina, y la abuela arregla su bicicleta en el garaje (como ven, una familia bastante convencional). Sin embargo, cuando llegue la hora de comer, se reunirán sin duda en el comedor, un espacio suficiente y amplio, con todas las comodidades como para que sus habitantes disfruten unidos.
Está claro que cada barrio debería disponer de cuidadas zonas de esparcimiento para sus habitantes, pero el centro urbano será siempre, ese espacio común para los habitantes de toda la urbe. Y es, a su vez, la postal que los visitantes se llevarán de recuerdo tras su paso por la ciudad.
Fecha publicación: 17-I-2006
6 Comments:
leo y releo y no encuentro el segundo ejemplo...
lo que pasa es que el comedor de esta ciudad no ofrece todas las comodidades, ha dejado de ser atractivo, se ha convertido en aburrido y chabacano, sin clase ni vistas para una hipotetica postal.
El segundo ejemplo es el de la familia. En realidad, quería haber quitado esa mención a los ejemplos, pero se me pasó.
Y con kaiku70 estoy totalmente de acuerdo; el centro de Vitoria se está yendo al garete y cada vez resulta menos atractivo. Los negocios se están cerrando, y la gente sale cada vez menos: algo está pasando y nadie le pone solución.
Se olvida el tema de los inmigrantes, el centro está siendo tomado por ellos.
La solución para revitalizar (o debería decir resucitar) el centro a corto plazo y si no cambian las circunstancias radicalmente, lamento decir que no existe, así de simple.
Y a corto plazo no preveo cambios radicales... a no ser que nos los inventemos, claro...
No estoy muy de acuerdo con el tema de los inmigrantes. Es verdad que por el centro se ven más que en los barrios (algunos), pero creo que eso forma parte de su cultura (sobre todo la de los magrebies). Eso, además, sucede en cualquier ciudad europea, y no por ello, la gente deja de pasear por esas zonas. Al contrario, están mucho más ambientadas.
Lo que pasa en Vitoria, es en parte, culpa nuestra. Si en vez de ir a un cine del centro, nos vamos a los centro comerciales, es evidente que la cena previa o posterior, la tomaremos también allí, y probablemente por no aparcar por el centro nos piremos a casa nada más salir. En lo comercial, más de lo mismo: si las mismas tiendas del centro -las franquicias y multinacionales- también están en los centros macrocomerciales, la gente pasará de venir al centro. Todo esto, según lo escribo, me recuerda a las pescadillas...
Salu2
No tiene nada que ver con una cuestión cultural. Los inmigrantes viven en zonas céntricas porque es ahí donde se les alquila, porque es ahí donde hay pisos, y sobre todo, locales vacíos.
En cuanto al problema del ambiente en Vitoria, me temo que el problema es mucho más complejo. No olvidemos que ya antes de aparecer en escena el fenómeno de los centros comerciales en Vitoria ya no había ambiente. Ahí está la clave. No nos perdamos en consecuencias ni resultados y centrémonos en el fondo. En Vitoria hubo ambiente y en un momento determinado desapareció, analicemos qué ocurrió en el origen.
Publicar un comentario
<< Home