27 junio 2006

TITULAR VERANIEGO


Saludar o despedirse según se entra o se sale, se empieza o se termina algo es de gente educada. Sirva pues la de hoy, para despedirme hasta setiembre, en que volverán a publicarse mis peleas conmigo mismo. Con lo que me suele costar elegir tema – o más bien, seleccionar entre tanto posible-, se me podrían ocurrir varios con que titular alguno de los eventos que van a ocurrir durante estos largos dos meses, y que sin duda, Vds. conocerán a través de las páginas de este Diario.

No les podré comentar las espectaculares cifras de usos del festival de juegos que este año, seguro, volverán a batir todos los récords. Así, también, la emoción del estreno del "Vitoria Suite" por Wynton Marsalis, o el concierto de una superestrella como Sonny Rollins durante la celebración del 30 aniversario del Festival de Jazz, para cuyo homenaje se inaugurará una escultura del artista Koko Rico. Tampoco podré usar mi pluma, en este caso afilada, para comentar la visita a tierras valencianas del santo padre (que de santo y de padre, tiene lo que éste servidor de ustedes), que viene para mostrar su apoyo a un concreto modelo de familia, para lo que promete ser tan ‘respetuoso’ con la pluralidad como suele.

Conoceremos China a fondo, gracias a las jornadas que anualmente organiza el Ayuntamiento; aprenderemos a mantener intactos los doce puntos del nuevo reglamento del carné de conducir; se desvelará la gran incógnita de si habrá feria taurina o no en las Blancas de este año, o en cuál de las dos plazas tendremos que padecerla (nótese que estoy radicalmente en contra de esa barbarie); asistiremos a la apertura del nuevo hotel-bodega de Elciego que, por obra y gracia de su autor Frank Gehry, y de su comitente Bodegas Marqués de Riscal, se convertirá sin duda en la nueva imagen de nuestra tierra.

Pero el gran evento, sin duda, será el partido de la final de los Mundiales de fútbol, en la que mi amigo Juanchu asegura que jugará –y vencerá- Argentina, tras lo que ganará los 100 euros de la porra de su oficina con que pagarnos una ronda al sol de una refrescante terraza. Por favor, disfruten del verano.

Fecha publicación: 27-VI-2006

20 junio 2006

EL CÓDIGO VELEIA


Hemos asistido en pocos días a una vertiginosa sucesión de reportajes sobre las últimas apariciones de objetos arqueológicos en las excavaciones de Iruña-Veleia. Los múltiples grafitti encontrados en diversos piezas de cerámica utilizados como tableros de enseñanza, revelan impactantes novedades con respecto al conocimiento de un euskera unos siete siglos anterior al conocido en las Glosas de San Millán de la Cogolla, así como representaciones de diversas escenas domésticas, o de los calvarios que algunos especialistas se han adelantado en calificar como los más antiguos conocidos. Para colmo, también aparecen diversos jeroglíficos de tipología egipcia que apuntan al posible origen del maestro-autor de dichas inscripciones.

Es fácil de entender el seísmo informativo generado a cuenta de los impactantes hallazgos, sobre todo porque de un plumazo, abre nuevos campos de estudio acerca del enigmático origen del euskera –y de los vascos-, nuevas teorías sobre nuestra romanización, así como los conocimientos acerca del avance de aquél incipiente cristianismo, ya que haciendo caso a las pruebas de C14 o la aceleración de partículas, podríamos estar hablando de piezas anteriores al siglo V de nuestra era.

Sí sorprende, sin embargo, la niebla informativa existente acerca de los hallazgos, pues dejándose llevar por el ímpetu de la exclusiva periodística irregularmente documentada, se ha podido ocasionar cierta confusión equivocando datos o referencias, que por irrelevantes para los no doctos, están originando todo tipo de chanzas entre los que sí lo son en algunos foros de Internet. Habría que garantizar el necesario carácter científico que requieren el rigor de éstas informaciones, no sólo para evitar que caigan en la banalización y el chascarrillo, sino para alejarlas de cualquier maliciosa politización en delicadas materias como el euskera, la religión y en general, cualquier otro aspecto de la cultura histórica susceptible de futurible explotación económica.


Fecha publicación: 20-VI-2006

13 junio 2006

13 Y MARTES...

A punto estamos de ver cumplirse el primer año de la plena igualdad jurídica que, con la reforma del Código Civil, autorizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. En un momento de verdadera crisis de la pareja en general, quien se empeña en criticar aquella revolucionaria reforma de la ley, se equivoca de pleno al asegurar que han sido pocas las parejas que han formalizado su unión. Prueba de ello es la entrevista con el juez de moda, Fernando Grande-Marlaska, entrañable y emotiva a mi juicio, que este fin de semana ha visto la luz en un conocido medio escrito de comunicación. En ella habla en primera persona, por primera vez, de su reciente matrimonio con otro hombre, y de las dificultades que tuvieron que vivir para que lo aceptara su propia familia.

Resulta particularmente entrañable al referirse a su pareja como "marido", por la dificultad –también para ellos- de utilizar con naturalidad ese término que, junto con los derechos, también les había sido negado. Obligarse a dar a cada cosa su nombre, negándose a utilizar subterfugios, sirve para el nada fácil objetivo de apropiarse de aquellos espacios conquistados a base de dura pugna, ganar en dignidad y autoconfianza, pero además, para servir de ejemplo y modelo para generaciones futuras.

Hace unos días el colectivo gay Gehitu concedía su anual premio de hojalata -el negativo- a una serie de magistrados que se habían negado a aplicar la Ley, obstruyendo el derecho de varias personas a contraer matrimonio con sus parejas del mismo sexo, por lo que esta entrevista de Grande-Marlaska resulta especialmente significativa; no sólo por lo pedagógica –como él mismo asegura-, sino también por el reto que subyace a los magistrados del Tribunal Constitucional pendientes de resolver el Recurso de Inconstitucionalidad de dicha Ley. Veremos si optan por confirmar su ‘sí quiero’, o resuelven para que "…ni te cases ni te embarques".

Fecha publicación: 13-VI-2006

06 junio 2006

SI (SOSTENIDO)


Quienes entiendan de teoría de la música, sabrán que entre nota y nota hay un tono, salvo entre el SI y el DO (y el MI y el FA), separadas por medio tono: el DO BEMOL es, por tanto, un SI, al igual que el SI SOSTENIDO es, en realidad, el DO. Se darán cuenta de que tanto uno como otro representan el mismo sonido pero con distinto nombre; en definitiva, distinta óptica para juzgar y apreciar la misma cosa. Este es el sentido que pretendí darle a esta columna que ustedes han podido leer los martes de todo este largo año que cumpliré precisamente mañana.

Echando la vista atrás, hasta aquél primer artículo en el que proponía la ‘consulta popular’ para salvar el atasco existente con el Auditorio, me entristece reconocer que casi todos los temas sobre los que he trasteado siguen de impertinente actualidad. He conjeturado, entre otros, sobre la homofobia de la Iglesia, la pugna por los vuelos baratos, el derribo del gaztetxe, la fusión de las Cajas, la discapacidad, la guerra contra el tabaco, la falta de marcha, la prostitución, el Deportivo Alavés o sobre las rupturas sentimentales, precisamente, uno de los que más comentarios suscitó.

En este tiempo, se habrán dado cuenta de que no soy periodista, ni escritor, ni siquiera uno de pacotilla; -de hecho he aprendido a apreciar profundamente el trabajo de los auténticos-, y por ello espero que me concedan el perdón por aquellos errores, olvidos y mentiras que, involuntariamente, haya podido cometer. Recuerdo mi atrevimiento al titular uno de los escritos “No será niña” refiriéndome a la que finalmente lo fue: la Infanta Leonor; o las ‘dos’ maravillas que tiene Vitoria en lugar de las ‘mil’, como reza de verdad ese cancionero popular que se me resistió, y tantas otras de las que aún ni he caído en la cuenta. Les agradezco otro año más de su condescendencia, aunque si desearan criticar, recordar, comentar o sugerir, les invito a hacerlo en ‘do‑bemol.blogspot.com’. Muchas gracias

Fecha publicación: 6-VI-2006