31 enero 2006

GOOGLE

Hace unos días se habló de que el gobierno chino había obligado a Google, a eliminar de su buscador la posibilidad de encontrar páginas web cuyo contenido estuviera relacionado, entre otros, con términos como "derechos humanos", "libertad", "democracia", las independentistas Taiwán o Tíbet, o la secta Falun Gong. Tiempo atrás, se criticó también a sus principales competidoras, Yahoo y MSN, por claudicar en lo mismo. Lo único que pretende Google obedeciendo, me temo, es hacerse con el segundo mercado más grande del mundo y seguir incrementando su ya 57% de poderío.

La función de un buscador de Internet, se ciñe exclusivamente en ofrecer la información que el usuario precise de la forma más ágil y sencilla posible. El negocio se consigue, conociendo y segmentando su audiencia, para, haciendo uso de las más modernas técnicas de marketing, ofrecerle rápida y directamente aquello que necesite saber, comprar o vender. Teniendo en cuenta que lo que no está en Internet, sencillamente no existe (yo soy fiel a esta máxima), quien mejor sepa ordenar, seleccionar y ofrecer su contenido, antes conseguirá un nuevo cliente.

De forma similar a como hacen los bancos desde hace tiempo, con sólo escribir una palabra en ése u otro buscador, hacer unas compras con tu tarjeta de crédito, o cambiar de canal en un televisor por cable, habrá cientos de empresas que estarán analizando tus comportamientos y acabarán sabiendo, casi mejor que tú, cómo reaccionarás ante determinado nuevo producto que puedan ofrecerte llamando a tu puerta, enviándote un mensaje a tu e-mail, o llamándote por teléfono. Como comprobarán, merece la pena cumplir las leyes de cualquier país, con tal de acceder a semejante mercado, y pensándolo bien, cualquier chino logrará encontrar información sobre Taiwán, con solo saltar de página en página.

Fecha publicación: 31-I-2006

24 enero 2006

DIVERSIDAD FUNCIONAL

Resulta increíble comprobar cómo, a veces, con el tiempo, algunas palabras acaban adquiriendo valores peyorativos que en su momento nunca tuvieron. Lo constaté hace unos días al leer la carta de un ciudadano al recientemente fallecido fundador de un colectivo que actualmente reúne a discapacitados intelectuales, aunque en su momento, él lo citó así, se denominaban subnormales. Imaginen lo que ha podido cambiar esta palabra, que incluso ha adquirido matices notablemente negativos e insultantes.

La evolución de la mentalidad social, afortunadamente, ya contempla de otra forma a las personas con algún tipo de diferencia física, mental o de cualquier otro tipo, con respecto a la de la media – puramente estadística - de la sociedad en la que viven. En un intento de evitar la carga de negatividad y la discriminación que lleva inherente la propia terminología, un grupo denominado Foro de Vida Independiente, está tratando de popularizar la expresión “Persona con Diversidad Funcional”, y su acrónimo “PDF”, para sustituir la negatividad de términos como subnormal, anormal, minusválido, incapaz y discapacitado... Así, hablaremos de hombres y mujeres con diversidad funcional física, visual, mental o auditiva, que puede ser circunstancial y/o transitoria.

Este Foro de Vida Independiente, entiende que la Diversidad Funcional englobaría a todas las personas, lo que hará que sea “aceptada como una riqueza más dentro de la diversidad de la especie humana”. Además de las instituciones públicas y las entidades privadas, cada persona a título individual, debería entender que nuestra diversidad es sinónimo de riqueza, de forma que no sólo realizaríamos esfuerzos más conscientes en eliminar todas las barreras, sino que por pura practicidad, evitaríamos crearlas al entender que también entorpecen nuestra propia funcionalidad.


Fecha publicación: 24-I-2006

17 enero 2006

POLICENTROS

Estoy parcialmente en desacuerdo con mi compañero de página Julio Herrero, que en la entrevista del pasado domingo, afirmaba que Vitoria debería convertirse en una ciudad policéntrica, aunque a juzgar por lo desértica que estuvo la Dato ese día, llegué a pensar que todo el mundo le hizo caso. Espero que fueran otras las razones que llevaron a más de un dominguero a cambiar su tradicional ruta de caminante festivo.

Dos ejemplos. Suele decirse que la mayoría de los nuevos parques y jardines suelen hacerse mal, puesto que sus paseos se proyectan sin contar con que el peatón tratará de hacer siempre el camino más corto posible, y no el marcado por el diseñador. Así, van surgiendo senderos alternativos que en muchos casos han acabado siendo los "oficiales". De nada servirá crear centros alternativos si la población sigue viniendo a la calle Dato.

La ciudad, para mí, es como una gran casa familiar (o como se dice ahora, una gran unidad habitacional) donde cada miembro de la familia tiene su espacio propio, pero que también cuenta con zonas a compartir. Los niños, por ejemplo, pueden echar la partida de mus en el porche, mientras la madre se divierte con los videojuegos en la sala de estar; el padre y el abuelo ponen la comida en la cocina, y la abuela arregla su bicicleta en el garaje (como ven, una familia bastante convencional). Sin embargo, cuando llegue la hora de comer, se reunirán sin duda en el comedor, un espacio suficiente y amplio, con todas las comodidades como para que sus habitantes disfruten unidos.

Está claro que cada barrio debería disponer de cuidadas zonas de esparcimiento para sus habitantes, pero el centro urbano será siempre, ese espacio común para los habitantes de toda la urbe. Y es, a su vez, la postal que los visitantes se llevarán de recuerdo tras su paso por la ciudad.

Fecha publicación: 17-I-2006

10 enero 2006

HOSPITAL

Uno de los anuncios que más me pareció acercarse al tele-espíritu navideño de estos últimos días, es aquél que recordaba a quienes se ven obligados a vivir estas fechas en un Hospital. Indirectamente no sólo se refería a los pacientes, sino también estaba dedicado a sus familiares y al personal sanitario, ya que por cuidar a los enfermos, habrán tenido que dejar el langostino en la cazuela, y el cava en la fresquera.

Trato de imaginar por un momento lo que debe significar una semana de alojamiento hospitalario en unas fechas tan significativas. Aparte del dolor corporal que siente todo aquél que se encuentra hospitalizado, debe impresionar el conjunto de rituales, olores, tactos, sonidos y palabras que no existe en el exterior; un fondo uniformado que comporta tratos diferentes, según su mayor o menor cercanía con el enfermo, en función de un color: el blanco de los médicos, siempre tan correctos como distantes; el verde de las enfermeras, que atienden y entienden tu dolor, ejecutando las órdenes de los de blanco, y apaciguando con sus ungüentos la mayoría de tus dolores. Y el rosa de las auxiliares, que a pie de cama, son quienes más saben de tu más íntimo sufrimiento, tocan tus llagas y lavan tu sudor, mientras te sonríen su cariño.

Ese paisaje sería incompleto sin el compañero de habitación y la hermandad que surge entre dos camas contiguas de sufrimiento; dos historiales diferentes de dolor, unidos estos días por el repetitivo soniquete del villancico que acompaña a un árbol con luces en la sala de espera. Incluso, quizás, hayan podido recibir la visita de los mismísimos Reyes Magos y hasta les hayan llegado a regalar un pañuelo o una colonia.

Como ven, hay anuncios navideños que despiertan una tierna imaginación…

Fecha publicación: 10-I-2006

03 enero 2006

DESEOS

Estoy seguro de que habrán sido receptores, y también emisores, de alguno de los más de cien millones de mensajes de móvil que se están enviando durante estas fiestas. La gran mayoría son portadores de los mejores deseos para que su nuevo año sea lo más feliz posible, y le aseguro que incluyen palabras como suerte, salud, sueños, amor, dinero…; le reto a que lo compruebe en la memoria de su celular, aunque para ello precise de una buena sentada, y aunque resulten bastante tópicos, evite poner en duda la sinceridad con que se los han enviado sus seres queridos.

Cada vez que me planteo qué aspectos de mi vida quisiera que cambiaran este año, acabo por repetir una vez más la socorrida consigna de “Virgencita, virgencita: ¡que me quede como estoy!” La formulo como contraseña durante las uvas, a la vez que me pregunto si resultaría más productivo hacer balance, o si es más apropiado concentrarse en imaginar nuevos propósitos. La primera opción supondría mirar hacia atrás, con el riesgo de toparse con algún doloroso recuerdo o rememorar algún que otro olvidado fracaso; y para la segunda opción, habría que mirar hacia delante, con lo que constataríamos una vez más, que apenas merece la pena planificar una vida de la que no somos dueños.

Para afrontar cada próximo minuto con mínimas garantías, tengan en cuenta esta máxima: la vida nos tratará mejor en la medida en que nos cuidemos a nosotros mismos. Ya saben: vida sana con buena alimentación, ejercicio físico y hábitos saludables; trabajo y ocio con moderación; y sobre todo, un razonable grado de equilibrio mental, a lo que pueden contribuir el cultivo de aficiones, el cuidado de las relaciones sociales y un disciplinado control de las emociones. Así al menos, si el infortunio se cruza en tu año, podrás echarle la culpa al azar; o a cualquiera de quienes envían mensajes que no te desean.

Fecha publicación: 3-I-2006